"Siempre quise ser como aquellos que fabricaban una idea, y la hacían crecer bajo su lápiz y sobre su papel, como los panaderos a las masas blancas de harina…
Nunca pude, lo intenté de día, detrás de una ventana que me enseñaba un paisaje digno de inspiración; durante las melancólicas tardes de lluvia laguneras; incluso sacándole el alma a la noche, con el papel virgen delante, esperando ser desvirgado por la primera palabra.
No lo conseguí. La inspiración no sólo venía de lo bello de las cosas o los sitios, de la melancolía o de las vivencias. Hay una inspiración innata, que viene desde las entrañas de la madre.
Pero, ¿qué es exactamente? – Tampoco conseguí respuesta para mi incertidumbre.
“Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino”
(S.Freud)
Nunca pude, lo intenté de día, detrás de una ventana que me enseñaba un paisaje digno de inspiración; durante las melancólicas tardes de lluvia laguneras; incluso sacándole el alma a la noche, con el papel virgen delante, esperando ser desvirgado por la primera palabra.
No lo conseguí. La inspiración no sólo venía de lo bello de las cosas o los sitios, de la melancolía o de las vivencias. Hay una inspiración innata, que viene desde las entrañas de la madre.
Pero, ¿qué es exactamente? – Tampoco conseguí respuesta para mi incertidumbre.
“Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino”
(S.Freud)
Y en ello estoy... caminando..."
Sara (agosto 2009)
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